Un tio sale de la cárcel gracias a la intervención de su pareja, la mata, se va al domicilio de su ex-compañera, no la encuentra y agrede a un matrimonio que testificó contra él en el juicio donde le condenaron. Con dos cojones.
Resulta que el personaje en cuestión cumplía una pena de prisión por amenazas a su ex-mujer, su actual pareja, había intercedido a su favor para lograr que se le aplicara el tercer grado (acudir al centro penitenciario únicamente a dormir) y él se lo agradece aprovechando un permiso de cuatro días para matarla. Acto seguido, el sujeto se encaminó a la vivienda de su ex-compañera sentimental, cosa harto curiosa, puesto que debido a la sentencia y la orden de alejamiento que pendía sobre él, llevaba una pulsera con localización GPS que debía sonar si incumplía la distancia que existía en dicha orden. El domicilio vacío, pero eso no le impidió agredir a una pareja que en su día había testificado en su contra.
Ayer, tratando un poco por encima el tema del género y cómo los estereotipos nos configuran, intentamos entender los mecanismos del proceso de socialización, en realidad y según los expertos, verdadero problema de la violencia doméstica en cuanto la llamamos de género. Muchos son los factores que provocan que hasta nuestros más rebuscados deseos sean influidos, influidos por una sociedad víctima de una historia dispar y rematadamente sexista, que nos provoca que sea más complicado reconfigurar nuestra mente. La escuela, los amigos, la familia, la publicidad, incluso los juguetes nos van formando nuestro ser, nuestra capacidad de percibir y nuestras disposiciones volitivas. Realmente vemos, sentimos y pensamos como la sociedad en general (aún sin querer) nos obliga a hacerlo. Es complicado encontrar las fuentes y cerrar el grifo para que en nuestro interior no arraiguemos sentimientos sexistas, es complicado discernir si estamos ante un producto de una sociedad contaminada o un simple loco agresivo que igual podía haber cometido otra barbaridad diferente, es complicado entendernos, tanto particular como genéricamente. Lo sencillo es quejarnos y decir: Estamos jodidos. ¿Cogeremos el camino fácil?
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1 comentario:
Ya sabes como va la ley por estos lares, el funcionário estría liao con el Buscaminas desestresandose un rato y paso por alto hacer su trabajo. En fin...
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